jueves, junio 18, 2009

Huida



Vida que corres alcanzándome
quemándome los talones
como una ráfaga
incandescente.
En la memoria están los
tiempos de paz.
Idos.
Definitivamente.
Corro, huyo.
Un oasis
que no he podido encontrar me espera
¿Dónde?
Busco en tus rincones
de niña dormida
¡Dónde! ¡Dónde!
Melodías lejanas
tañen en mis tímpanos.
Busco.
Corro, adelanto caminos.
Vuelvo al inicio.
Empezar una vez y otra.
El invierno llega
y aún no he reunido mis ropajes
Seguir huyendo, tal vez.
Hacia un sol diminuto que se esconde
en ese monte teñido de verde-azul.
Azules tus ojos que derraman lágrimas
sobre las copas deshojadas de los árboles
Es un tiempo, tal vez un segundo,
una fracción infinitesimal en la vida mínima
Que me ha sido concedida.
Y un siglo en la memoria eterna del recuerdo.

Trazar senderos insospechados
para llegar hasta aquí.
Tragar la tierra mojada.
Y caer y levantarse y caer.
Acercarse al dolor.
Estoicismo.
Todo por huir
de una vida.

PAUSA.

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