Sangrando
Por la herida
de un tiempo
indómito
Saboreando
el espeso amargo
que impone
en la cara
el viento de tarde
de esta ciudad
detenida
en el andén
por donde pasó
por última vez
tu sonrisa
Pulsando
los suspiros
contra los ventanales
trizados
por el abrir-cerrar
que no cesa
desde nuestra niñez
Atrapado
en el rincón inconcluso
de la vida
en la parte
olvidada del recuerdo
Estampado
en el obituario
cotidiano
del períodico
mal impreso
del pueblo.
martes, enero 01, 2008
Des-Viviendo
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